domingo, 14 de diciembre de 2008

3. ¿Rencores?


-¿Quiénes son?- pregunté.
A la hora de la comida, Angela me presentó al resto de su grupo. Lo cierto es que no presté mucha atención a las presentaciones, porque mis ojos estaban fijos en una de las mesas más alejadas de la cafetería.
Una de las chicas, creo que Jessica, sonrió.
-Los Cullen- explicó- No pierdas el tiempo, son demasiado perfectos para el resto de nosotros- ironizó.
-Son los hijos adoptivos del doctor Cullen- continuó Angela- Los dos que vienen a Historia con nosotras son Edward y Alice. La rubia es Rosalie, el que está a su lado es Emmet y el otro, Jasper.
Asentí lentamente, estudiando los rostros perfectos de los jóvenes.
-Son muy raros- musito Mike- Igual que sus padres. Les dejan hacer pellas.
Me volví hacia él, y pude notar envidia en su voz.
-Además de que están juntos- añadió Jessica- Yo creo que es algo ilegal.
-No son hermanos de verdad- le dijo Eric
-Pero aún así... viven en la misma casa. No deja de ser extraño que estén saliendo.- me miró, parecía que estuviera haciendo la mejor acción de su vida- Rosalie y Emmet, Jasper y Alice. Edward... aún no está con nadie, parece que ninguna chica es demasiado buena para él.
Me levanté para tirar los restos de mi comida, aún no estaba lista para cotilleos.
Estaba a dos metros escasos de la papelera cuando tropecé con algo y se me escapó la bandeja de las manos. Esperé a escuchar el ruido del metal de la bandeja contra el suelo, pero no llegó.
Jasper me la tendía con gesto serio, como si deseara salir de allí corriendo.
-Gracias- musité.
Él asintió y se dio media vuelta, saliendo por la puerta del comedor con la ligereza de un soplo de viento. Una de las chicas, Alice, no tardó el seguirle moviéndose como una bailarina.
Sacudí la cabeza, despistada, y tiré los restos de la comida al contenedor. ¿Cómo había podido coger la bandeja al vuelo? ¿Y si no eran hermanos como es que tenían todos los mismos ojos?
Al llegar a casa, mi padre peleaba con la instalación eléctrica.
-¿Ha pasado algo?- pregunté
-No se ve el fútbol- explicó mi madre, dejando el libro que estaba leyendo sobre la mesa.
Intercambiamos una mirada exasperada. Aunque no fuera un deporte muy popular en los Estados Unidos, ni mi padre ni mi hermano iban perderse los partidos de la liga española...
-¿Qué tal tu primer día?- preguntó mi padre, limpiándose las manos al pantalón.
Me encogí de hombros.
-Bastante bien- respondí- No me entero de mucho, pero bueno... ¿Puedo bajar esta tarde con Angela y los demás?- pregunté
Mi madre asintió, con una sonrisa. Era como si le sorprendiera que ya hubiera hecho amigos.
Subí a mi habitación y encendí el ordenador, rezando por que mis verdaderos amigos no estuvieran dormidos. Aún no controlaba demasiado bien las horas de diferencia que había entre mi antigua vida y la nueva.
Tuve suerte.
iRenillaaa]* Y en eSe mOmenTo pRonUnCiiaste mii nOmBre... dice:
''HOlaaa!!!! Qué tal por tierras americaanas??''
MeRy!...[i]Keep me in your memorie... Leave out all the rest[/i] dice:
''Sin comentarios. Os echo de menos''
Unas horas más tarde saqué de nuevo el coche para ir a Port Angeles, donde había quedado con Angela y Jessica para ir al cine. Había preferido ir sola para ganar unos minutos, y por suerte ya me sabía el camino.
Iba pensativa, escuchando la voz de Gerard Way en la radio.
Tal vez por eso no noté nada anormal en el coche hasta que fue demasiado tarde.
En una curva, los frenos fallaron y me salí de la carretera.

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