jueves, 18 de diciembre de 2008

4. La vida por delante de mis ojos...


No puedo recordar si grité.
Tenía las manos clavadas en el volante con tanta fuerza que ya no las sentía, aunque lo cierto es que no era consciente de ninguno de los movimientos de mi cuerpo.
El coche dio dos vueltas de campana, como si fuera una película, atravesando el bosque. Intenté cerrar los ojos, pero no fui capaz.
Pude ver cada rama, cada hoja, cada piedra que se daba contra el cristal delantero mientras intentaba en vano frenar el coche.
Finalmente, un árbol lo hizo por mí.
El impacto hizo que saliera despedida hacia delante, golpeándome la cabeza con una de las esquinas y quedando enredada en el airbag que se abrió tal vez demasiado tarde.
No sabría deciros cuanto tiempo estuve insconsciente.
Al despertar intenté abrir la puerta desesperadamente. Atrancada.
-Oh, mierda...- musité, llevándome las manos a la cabeza.
Sentí la sangre resbalando por mi frente y volví a soltar un quejido. ¿Así iba a terminar? ¿Muriéndome desangrada en medio del bosque? Saqué el móvil de mi bolso. Ni una ralla de cobertura. Perfecto.
Escuché un ruido procedente de entre los árboles y me encogí dentro del coche, intentando seguir consciente.
-¿Mery?
-¡Jacob!
Se acercó corriendo hasta el vehículo, detendiéndose junto a la puerta.
-¿Te encuentras bien?- me preguntó.- ¿Estás entera?
-Creo que sí...- musité
Escuché el crujido que hacía la puerta al soltarse, y unos segundas más tarde los brazos de Jacob me rodearon y me sacaron del interior.
-La Push está aquí al lado- dijo, algo más tranquilo- Llamaré a una ambulancia.
Asentí lentamente, sintiendo como se me iba de nuevo la cabeza.
-Jake...
-¿Sí?
-Siento lo del coche.
Él sonrió.
Y con esa sonrisa me quedé dormida.

domingo, 14 de diciembre de 2008

3. ¿Rencores?


-¿Quiénes son?- pregunté.
A la hora de la comida, Angela me presentó al resto de su grupo. Lo cierto es que no presté mucha atención a las presentaciones, porque mis ojos estaban fijos en una de las mesas más alejadas de la cafetería.
Una de las chicas, creo que Jessica, sonrió.
-Los Cullen- explicó- No pierdas el tiempo, son demasiado perfectos para el resto de nosotros- ironizó.
-Son los hijos adoptivos del doctor Cullen- continuó Angela- Los dos que vienen a Historia con nosotras son Edward y Alice. La rubia es Rosalie, el que está a su lado es Emmet y el otro, Jasper.
Asentí lentamente, estudiando los rostros perfectos de los jóvenes.
-Son muy raros- musito Mike- Igual que sus padres. Les dejan hacer pellas.
Me volví hacia él, y pude notar envidia en su voz.
-Además de que están juntos- añadió Jessica- Yo creo que es algo ilegal.
-No son hermanos de verdad- le dijo Eric
-Pero aún así... viven en la misma casa. No deja de ser extraño que estén saliendo.- me miró, parecía que estuviera haciendo la mejor acción de su vida- Rosalie y Emmet, Jasper y Alice. Edward... aún no está con nadie, parece que ninguna chica es demasiado buena para él.
Me levanté para tirar los restos de mi comida, aún no estaba lista para cotilleos.
Estaba a dos metros escasos de la papelera cuando tropecé con algo y se me escapó la bandeja de las manos. Esperé a escuchar el ruido del metal de la bandeja contra el suelo, pero no llegó.
Jasper me la tendía con gesto serio, como si deseara salir de allí corriendo.
-Gracias- musité.
Él asintió y se dio media vuelta, saliendo por la puerta del comedor con la ligereza de un soplo de viento. Una de las chicas, Alice, no tardó el seguirle moviéndose como una bailarina.
Sacudí la cabeza, despistada, y tiré los restos de la comida al contenedor. ¿Cómo había podido coger la bandeja al vuelo? ¿Y si no eran hermanos como es que tenían todos los mismos ojos?
Al llegar a casa, mi padre peleaba con la instalación eléctrica.
-¿Ha pasado algo?- pregunté
-No se ve el fútbol- explicó mi madre, dejando el libro que estaba leyendo sobre la mesa.
Intercambiamos una mirada exasperada. Aunque no fuera un deporte muy popular en los Estados Unidos, ni mi padre ni mi hermano iban perderse los partidos de la liga española...
-¿Qué tal tu primer día?- preguntó mi padre, limpiándose las manos al pantalón.
Me encogí de hombros.
-Bastante bien- respondí- No me entero de mucho, pero bueno... ¿Puedo bajar esta tarde con Angela y los demás?- pregunté
Mi madre asintió, con una sonrisa. Era como si le sorprendiera que ya hubiera hecho amigos.
Subí a mi habitación y encendí el ordenador, rezando por que mis verdaderos amigos no estuvieran dormidos. Aún no controlaba demasiado bien las horas de diferencia que había entre mi antigua vida y la nueva.
Tuve suerte.
iRenillaaa]* Y en eSe mOmenTo pRonUnCiiaste mii nOmBre... dice:
''HOlaaa!!!! Qué tal por tierras americaanas??''
MeRy!...[i]Keep me in your memorie... Leave out all the rest[/i] dice:
''Sin comentarios. Os echo de menos''
Unas horas más tarde saqué de nuevo el coche para ir a Port Angeles, donde había quedado con Angela y Jessica para ir al cine. Había preferido ir sola para ganar unos minutos, y por suerte ya me sabía el camino.
Iba pensativa, escuchando la voz de Gerard Way en la radio.
Tal vez por eso no noté nada anormal en el coche hasta que fue demasiado tarde.
En una curva, los frenos fallaron y me salí de la carretera.

jueves, 11 de diciembre de 2008

2. Rutina y memoria




Una semana y varias clases de conducir más tarde, ya controlaba medianamente a mi nuevo y amado coche. Vale que no era un último modelo, pero era mío y, lo más importante, al estropearse normalmente me permitía una excusa para irme a La Push y visitar a Jacob.
Era un alivio conocer a alguien en Forks, la única pega era que no venía a mi isntituto.

El primer día de clase me desperté tarde, desayuné con prisas y casi me dejo la mochila en casa.
¿Por qué esas cosas sólo me pasaban a mí? No era justo.
-¿Estás despierta?- preguntó mi hermano, con cara de preocupación, sentado a mi lado en el coche
-Mmmmm sí, más o menos- murmuré entre dientes
-Intenta no chocarte con nada, ¿vale?
Levanté la mano para darle una colleja, que fallé por escasos milímetros, justo antes de entrar en el aparcamiento del instituto. Estaba lleno de gente, la mayoría alumnos de los últimos cursos que eran los que podían conducir. Intenté adivinar cuales serían mis nuevos compañeros de clase entre el bullicio.
Bejé del coche de un salto al mismo tiempo que mi hermano, que echó a correr hacia la puerta sin esperarme. No hay nada como el amor de tu familia...
Subí el volumen del iPod y me adentré en los pasillos como un explorador rodeado de leones hambrientos. Odio el prototipo de instituto americano, me recuerda demasiado a ''High School Musical''. Busqué mi taquilla entre el revuelo de gente, abriéndola con un golpe sordo y empezando a sacar los libros de la mochila con cara de desesperación.
-¿Eres la nueva?- dijo una chica, que cerraba la taquilla situada junto a la mía.
-Pues... sí, esa soy yo- sonreí, un poco cortada.- María- añadí, presentándome
-Yo soy Angela- respondió, devolviéndome la sonrisa- ¿Ya te han enseñado esto?- hizo un amplio gesto con la mano en dirección al pasillo
-No, pero me gustan las sorpresas.


La mañana pasó lenta, y a la tercera hora ya perdí el hilo de las clases. Nunca había estado tanto tiempo escuchando hablar en inglés y tenía la cabeza embotada. Veía los labios de los profesores moverse pero no entendía nada de lo que estaban diciendo, así que empecé a fijarme más en mis compañeros que en la lección.
En un principio, nada que destacar.
Pero a última hora, en la clase de Historia, les vi.

lunes, 8 de diciembre de 2008

1. Desde cero


-¿Falta mucho?
Puse los ojos en blanco mientras subía el volumen de mi iPod. ¿Cuántas veces había repetido mi hermano lo mismo desde que habíamos abandonado el aeropuerto? ¿De verdad tenía tanta prisa por llegar?
Yo no. Yo quería poder dar marcha atrás en el tiempo y regresar a España, a mi querida Coruña... Donde estaban mis amigos, mi vida. No había nada que me atara a Forks, salvo el trabajo de mi padre, no quería tener que hablar en inglés diariamente, no quería tener que empezar de cero en un instituto nuevo y mucho menos quería estar separada de todo lo que había dejado atrás. No era justo.
-Ya estamos- dijo la voz calmada de mi madre desde el asiento delantero.
Miré por la ventana sin demasiadas ganas al pueblo que iba desfilando frente a mí. No me importaba la lluvia, por algo venía de Galicia, de echo me iba a resultar más fácil acostumbrarme que si estuviésemos en un Estado más soleado. Desde la ventana, mis ojos se dirigieron a mi familia, que parecía encantada con el cambio, y volví a plantearme si no sería adoptada. Mi madre y mi hermano tienen el pelo casi rubio, ella conjuntado con unos ojos azules y él, con unos grandes ojos castaños. El cabello de mi padre es negro, adornado por algunas canas blancas, y unos ojos como los de mi hermano. Yo no tengo un parecido razonable con ninguno de ellos: mi pelo es demasiado oscuro para parecerse al de mi madre y demasiado claro como para ser el mismo tono que el de mi padre. Y mis ojos tienen un tono verdoso del que todavía no he encontrado de dónde pudo salir. Tal vez soy una alteración genética.
El coche seguía circulando por las estrechas calles hasta que se detuvo frente a una casa de dos pisos pintada de blanco. Mi nueva casa, arg.
El cambio de un piso a una casa me gustaba más, pero aún así, era demasiado extraño.
Miguel, mi hermano, bajó de un salto del coche y corrió hacia el portal con su mochila a la espalda, escapando de la lluvia refugiándose en el porche.
-¡María! ¡Abre ya que quiero ir al baño!- gritó
Menos mal que lo dijo en castellano, porque si no ya habríamos quedado en ridículo delante de nuestros nuevos vecinos. Metí la llave en la cerradura y entré en el cálido interior mientras mis padres empezaban a desargar las maletas. La casa ya estaba amueblada, porque mi padre había venido una semana antes para amueblarla y conocer un poco el pueblo.
Subí las escaleras, buscando mi posible habitación, y encontré mis muebles justo al final del pasillo del segundo piso. Estaban dispuestos más o menos como en mi antiguo dormitorio: la cama pegada a la pared, un escritorio en frente, un armario y un sofá junto a la ventana. No estaba demasiado mal.
-María, baja un segundo- dijo la voz de mi padre desde la entrada. Ya os habréis dado cuenta de que tenemos muy practicado eso de hablarnos a gritos por la casa en lugar de ir a buscarnos.
Bajé a trompicones las escaleras hasta la puerta de entrada, donde mi padre hablaba animadamente con un hombre en silla de ruedas.
-Billy, esta es mi hija- me presentó
Él me miró con una sonrisa amable en su cara, antes de tenderme la mano como saludo.
-Encantada- dije, esrechándosela
-Tu padre me ha hablado de ti.- dijo él
Perfecto. A saber lo que le había dicho.
-Billy te ha traído un regalito de bienvenida- añadió mi padre, haciendo un gesto hacia el coche aparcado frente a la casa, junto al nuestro, en el que estaba apoyado un chico alto, de piel morena y pelo largo y oscuro.
Miré al chico, miré a mi padre, y volví a mirar en dirección al coche.
-¿Me estás tomando el pelo?- pregunté
Mi padre siguió mi mirada y puso los ojos en blanco.
-Jacob no. Yo me refería al coche.
El chico llamado Jacob sonrió y yo me quedé todavía más extrañada.
Aún me faltaba un año para poder conducir en España y mi padre me conseguía un coche.
Me acerqué con precaución al auto, acariciando su carrocería roja.
-Algo me dice que va a terminar en el taller muy pronto...- musité
-No me digas eso después de lo que me ha costado arreglarlo- bromeó Jacob
-¿Lo has reparado tú?- él asintió- Bien, entonces no tendré que pagar los daños.
Él se rió, contagiándome su risa.

sábado, 6 de diciembre de 2008

My Twilight

Bueno, voy a empezar una historia en entregas que sería mi visión de Crepúsculo.
Si en lugar de Bella fuera María la que hubiera llegado a Forks...
=))
Iré colgando los capítulos, y de vez en cuando (para no olvidar el fin de este blog) haré unos incisos con reflexiones o pequeñas historias como las que llevo hasta ahora.
Y sin más dilación, os dejo con el prólogo






PRÓLOGO: Cuando tu vida está terminada



Todas las veces que mi madre me leía cuentos de hadas, una parte de mi mente me repetía que esas cosas no sucedían en el mundo real.
Eso fue lo que creía, que por norma general ninguno de los seres fantásticos que formaban parte de mi imaginación era o sería real.
Aunque claro, toda regla tiene su excepción...

¿No os parece irónico que me ponga a pensar en cuentos infantiles cuando mi vida va a terminar de un momento a otro?
Supongo que echarle la culpa a Walt Disney no me serviría de mucho...
Ah, perdonad, me parece que no os estáis enterando de por dónde va esta historia...
Será mejor que empecemos desde el principio.
De cómo mi vida cambió de un momento a otr por culpa de unos ojos dorados.

martes, 2 de diciembre de 2008

Reflexiones con 48 de fiebre

Hoy me gustaría poneros un poco de filosofía, de esas cosas que se me ocurren cuando me da por pensar. Este texto en cuestión lo escribí hace una semana, después de perderme las dos últimas clases del día por culpa de un ''fuerte resfriado'', que decía mi madre...



Estoy sentada frente al escritorio, rodeada de una nube de pañuelos de papel.
Escucho a Hugh Laurie monologando en mi televsor y, con una sonrisa sarcástica, me tomo mi aspirina al mismo tiempo que él se lleva a la boca dos o tres pastillas de nicodina. Casi me parece que la mirada de reproche del doctor Willson va dirigida a mí.
Todavía recuerdo eso que decía, algo más joven y menos rubio, en ''El club de los poetas muertos'', esa película que hizo que nos perdiéramos horas y horas de clases de lengua.
Carpe diem
Aprovecha el momento y no dejes pasar la oportunidad...
Entonves se les llamaba bohemios, ahora se nos llama frikis. Que mal lo habría pasado ese profesor en mi colegio...
Mi libro de ética sigue abierto en mi habitación, esperando a que le de un repaso antes del examen de mañana, pero es lo último en lo que me he parado a pensar tal y como tengo la cabeza ahora mismo. Me tienta más tirarme en la cama con el iPod encendido e intentar dormir un rato con la voz de Gerard Way... Eso me recuerda que aún me tengo que escuchar la canción de Vetusta Morla que descargué ayer.... Es que ni el tiempo libre tengo de verdad tiempo libre.
Cuando estoy enferma me da por filosofar...

viernes, 28 de noviembre de 2008

YA NO TE QUIERO!


Me da igual que ahora intentes arreglar las cosas conmigo, o que estés arrepentido (o que digas estarlo). Que me llames intentando hacer las paces o que no pares de repetirme lo importante que soy para ti.

YA NO TE QUIERO!!!

Ólvidate de mí.

Seguro que no tardarás en encontrar a otra...

YA NO TE QUIERO!!!!!!!!!

(A base de repetirlo a ver si me lo creo...)




martes, 25 de noviembre de 2008

Perdón por el retraso...
Creo que ya os he comentado lo de los exámenes...
jeje
Bueno, no me enrollo más, solo os voy a pedir ánimos antes de dejaros con la histo de hoy e irme a estudiar Física... que depresión




Es hora de reclamar la evidencia: es posible que nos dejaran fuera, pero nuestros corazones pasaron por encima de las heridas del descolorido centro de la cuidad.
Se hace más tarde cada día y siento que alguien podría intentar ayudarme durante el tiempo que me queda. Podemos liarnos a patadas con esto durante horas, sin decir ni una palabra sobre el mundo y sabremos que vamos derechos al infierno.
Pásame otra botella,que el Jaeger es muy dulce
Pero si te quedas a mi lado sólo conseguirás hacerte daño...
Me conociste en Thames Street, y te saqué de ese lugar. Aunque difícilmente aproveché el tiempo contigo, parecías demasiado fría. Pero yo te abrigaré, porque la tensión es como el fuego. Sacudiremos Broadway en cuestión de minutos, de meses o de días, y como en una pelicula mala, acabaré en el lado oscuro de la vida.
Caído en la oscuridad, enterrado en mi mismo pero en una habitación para dos... a seis metros bajo las estrellas
Creo que tendría que conocerte mejor antes de llamarte(Una noche como esta) Si no es por ti, sé que mojaría todo esto con mis lágrimas.(Una noche como esta) Voy a lanzar los dados, antes de que tu seriedad se vaya y se quede para siempre sobrevolando mi cabeza.
Es tiempo de aceptar la evidencia: nuestros corazones pasaron por encima de las heridas. Soy culpable, pero estaré seguro un día más, demasiado trajeado y elegante.De verdad necesitas un documento que refuerce mi identidad??Es embarazoso de contar, pero puedo protegerte bien... cuando estemos a seis metros de las estrellas

jueves, 20 de noviembre de 2008

... medio dormida...

Lo cierto es que me haría falta dormir un poquito...
Es que esto de los exámenes me pone de los nervios (aiiichs....)
Pero bueno, dejemos de hablar de mí (jeje) y empecemos con lo que habéis venido a leer:




NUNCA DIGAS NUNCA

No quiero volver a sentir.
Ojalá pudier arrancarme el corazón de cuajo para no tener que depender de él en cada momento. Para no tener que volver a sufrir por alguien que, evidentemente, no siente lo mismo.
Si pudiera olvidarlo todo y volver a nacer, seguramente cometería los mismos errores.
¿Qué quieres? Yo soy así y siempre seré así. Por eso no cambiaría nunca por ti, porque una careta se acaba rompiendo.
Si pudiera dormirme y olvidar, si pudiera terminar con todos estos quebraderos de cabeza, seguramente sería más feliz. Aunque sentiría nostalgia por mi pasado y mis pequeños complejos.
Quiero ser yo misma. Pero al mismo tiempo quiero dejar de serlo.¿Lo entiendes?
Porque yo no

martes, 18 de noviembre de 2008

(L)

Las lagrimas caían lentamente por sus mejillas, mientras se enfrentaba a la última imagen que habría querido ver.
Una imagen que le perseguía por las noches y que no le dejaba vivir tranquila.
La imagen de ese chico que había puesto su vida del revés.Y ahora le tenía ahí delante, esperando a escuchar todo aquello a lo que le llevaba dando vueltas durante más de un mes. Le odiaba por ello y deseaba decírselo, decirle lo mucho que había sufrido por él y por qué no se había dado cuenta.
Y sin embargo, a pesar de todo eso, no era capaz de enfadarse en cuanto le tenía frente a ella.Lo único que pudo hacer en lugar de gritarle que la dejara en paz, que desapareciese de su vida, que se decidiera de una vez, lo único que se le ocurrió, fue despegar los labios para decirle
-Te quiero
Él sonrió y la abrazó, dejado que llorara todas las lágrimas de resentimiento que tenía en su contra.¿Y qué si el amor te vuelve imbécil? Si estás enamorado no te importa

sábado, 15 de noviembre de 2008

El día que me encontré a Edward (XDD)


-¡Hola!- dijo una voz a mi espalda.
Me di la vuelta. No había reconocido la voz, pero algo en ella me resultaba extrañamente familiar.
Frente a mí estaba el chico más guapo que podía haber visto en mi vida.
Unos perfectos ojos dorados brillaban en su rostro de ángel mientras me dedicaba una sonrisa torcida.
-¿Te conozo?- tartamudeé.
Él sacudió la cabeza.
-No. Al menos no en persona, Meru.
¿Sabía mi nombre? ¡Sabía mi nombre! ¿Cómo era posible?
Mi mente no se paró a asimilarlo... En el fondo no me importaba en absoluto.
-¿Cómo que no en persona?- pregunté, mientras me aproximaba un paso.
Su sonrisa se ensanchó, mientras yo empezaba a pensar en qué querían decir sus palabras.
Oh, vaya....
-Exactamente- dijo él.
Estaba leyéndome la mente...
Imposible...

domingo, 9 de noviembre de 2008

Tras los pasos de...

Otro dia más, como cada mañana, salía a perseguirla por las calles de Londres. Era su trabajo. Le pagaban por eso, por pegarse a esa chica como si fuera la suela de sus zapatos y apuntar todo lo que hacís. Con quién estaba. Qué comía. De qué color era su ropa.Era una chica de no más de 20 años. Caminaba por las calles de esa ciudad hinóspita distraída y enamorada, como una adolescente enamorada, ajena a la sombra que la perseguía. Esa sombra que le doblaba en edad y que por las noches se dedicaba a hincharse de alcohol en algún bar de mala muerte de los suburbios, donde compartía sus confidencias con la camarera atractiva de turno.''Esa mujer'' decía, intentando articular las palabras ''No es trigo limpio.''El hombre que le pagaba por seguirla era uno de los más influyentes de toda Inglaterra, podía permitirse seguir pagándole hasta que encontrara lo que buscaba... pero no le había dicho qué era exactamente lo que debería buscar.Y algo se le pasaba por alto.¿Acaso estaba persiguiendo un ángel? Un ángel sin alas, sin miedos, sin zapatillas.Ella caminaba descalza y despreocupada por los jardines de la ciudad, llevaba una vida aparentemente normal.¿Qué habría hecho para que se jefe deseara con tanto ímpetu que la siguiera?Había algo en ella que no cuadraba... la historia no tenía sentido.

viernes, 7 de noviembre de 2008




-¡Mira! ¡Los almendros están en flor!- exclamó, corriendo hacia la ventana- ¿Cuánto tiempo crees que llevamos fuera?

-Semanas, meses, años... Lo importante es que estamos de vuelta.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Estrenando

Nunca me he parado a pensar en todas las historias que se acumulan día a día en mi mente.
Tal ve pueda parecer raro.
Tal vez lo que resulta extraño sea exactamente lo que cuentan esas historias, o tal vez sea que se me olviden. Nunca se me ha dado por llevar la cuenta de todo lo que se me pasa por la mente... Así que tal vez este sea el momento indeicado para hacerlo.
Quiero daros la bienvenida a mi pequeño rincón que, a partir de ahora, será también el de mis sueños y pesadillas. El de mis ilusiones, de mis reflexiones y de mis problemas del día a día. De las pequeñas historias y diálogos de besugo que se me ocurren en clase de matemáticas.
Soñadores, bienvenidos.







Bienvenidos a mi casa